lunes, 9 de abril de 2007

El misterio de la calavera

Braulio FERNÁNDEZ La antigua academia de Candás, situada frente a la iglesia y que lleva deshabitada más de 30 años, protagonizó ayer un suceso entre misterioso y macabro: un operario que trabajaba en la limpieza de la finca que rodea la casa halló unos restos humanos, según confirmó la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón. A las once de la mañana, el cuartel de Candás recibió una llamada advirtiendo del suceso. Inmediatamente se personaron en el lugar efectivos de la Benemérita y de la Policía Local. En poco tiempo, el lugar se vio lleno de curiosos. El Ayuntamiento confirmó que había exigido a los propietarios de la casa que limpiaran la finca, ante las quejas de los vecinos. Hace aproximadamente tres años corrió el rumor en Candás de que en la zona había serpientes, y esos rumores reverdecieron meses atrás. La zona era un foco insalubre, propicio para la proliferación de insectos, ratas y quién sabe si serpientes. Fuentes de la familia propietaria reconocen que hacía más de cinco años que no se limpiaba. Durante ese tiempo, según cuentan, recibió varias visitas: «okupas» y jóvenes que curioseaban en la vieja casa abandonada. Tres décadas vacía La casa, efectivamente, llevaba más de treinta años vacía. Sus últimos ocupantes fueron los alumnos de la academia que regentaba Ángel Junquera. Cuando Junquera cerró la academia, cerró la casa y ésta no fue abierta nunca más. Años antes de que se convirtiera en un centro educativo privado había sido una residencia privada ocupada por una conocida familia del pueblo. Sus puertas fueron abiertas ayer para dejar pasar a los efectivos de la Guardia Civil. Los restos de los que hablaba el operario eran un cráneo humano, como confirmó la Comandancia. Se avisó al forense, quien dio la orden de levantamiento de los restos. La Guardia Civil acordonó la zona e inspeccionó la finca sin hallar ningún vestigio más. La Comandancia informó de que el forense estudiaría el cráneo. En cualquier caso, el hallazgo ya ha dado lugar a todo tipo de especulaciones, algunas más creíbles que otras. A las doce del mediodía, sólo una hora después del hallazgo, se decía en el pueblo que habían hallado «un cadáver en la iglesia de Candás». Otras versiones atribuyen la presencia del cráneo a alguna pandilla que pudo dejarlo allí. Hace años algunos jóvenes merodeaban por la finca en busca de aventura y en alguna ocasión se realizaron en su interior ritos satánicos y juegos de «ouija». Se especula con que la calavera provenga de alguno de esos rituales satánicos. Hacerse con un cráneo humano no es una tarea demasiado complicada, puesto que incluso se pueden adquirir en algunas tiendas de antigüedades y de ciencias ocultas, y el cementerio de la villa es un lugar de fácil acceso en el que en ocasiones han entrado jóvenes ávidos de emociones a curiosear. El lugar no sólo ha sido escenario de reuniones de aficionados al ocultismo o al culto a Satán, sino también albergue de «okupas» durante mucho tiempo, si bien en su fachada frontal el edificio tiene un difícil acceso, debido en buena medida a la maleza, pero también a las cadenas que sellan la puerta principal, no ocurre igual con su entrada trasera, en cuyo jardín, con vegetación de metro y medio de altura hasta su desbrozamiento, estaba el cráneo. Sea como fuere, corresponde al forense esclarecer el origen de este cráneo y será él quien pueda convertir esta anécdota curiosa en una investigación policial. El próximo lunes la familia de la propiedad prestará declaración. Más adelante se conocerán los detalles de una u otra historia.
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1598&pIdSeccion=54&pIdNoticia=508772

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